EL CONSENTIMIENTO EN LOS DELITOS SEXUALES A PROPÓSITO DE LA NOTICIA DE DANI ALVES.
Aclaro en principio que no me referiré aquí a los verdaderos violadores, abusadores o acosadores, quienes merecen todo el reproche si son responsables; igual que no me meteré en la responsabilidad o inocencia de los futbolistas entre ellos, destacó, Cristiano Ronaldo, Robinho y hasta Neymar, entre otros, “muy adinerados”. se tratará de lo cotidiano, de la vida de cualquiera de nosotros. Pero si resalto algunos apartes de la sentencia del recientemente condenado, Dani Alves.
“Las relaciones sexuales ya no pueden ser como antes”.
Desde luego en ellas, es absolutamente necesario y correcto el consentimiento; en eso no puede haber duda ni discusión alguna, pero se ha llegado a unos extremos muy peligrosos, así estamos también en Colombia, la jurisprudencia se ha ocupado de estos temas.
En la sexualidad, los hombres nos encontramos al límite del delito y del encarcelamiento; por eso parece que es mejor pasar, como dicen: por tonto, por pendejo, por marica, homosexual, por tímido, inexperto, principiante o baboso; antes de malentender un comportamiento femenino. La sexualidad hoy debe ser absolutamente explícita; ya no es posible dejar que las cosas se den o avancen con naturalidad, con pasión, con aumento paulatino del gusto, del deseo; hay que ponerle límite a todo, ya no es posible la improvisación, cuidado con disfrutar del momento y dejar que todo fluya, cuidado con los traguitos y demás que hacen disminuir la conciencia y la voluntariedad, eso puede salir muy caro.
Prácticamente, debe ser la mujer la que tenga el control total y protagonismo. (Desde luego, lo mismo aplica en las relaciones homosexuales y demás, vaya y vea ahí quien decide). Lo cierto es entonces, que debe aprenderse el autocontrol absoluto, pues en medio de una relación sexual puede surgir el arrepentimiento y hay que retirarse.
Hombres y mujeres, hagan conocer esto, fundamentalmente, a sus familiares, a sus hijos, hermanos, a sus amigos. Recuerden o sepan que los llamados delitos sexuales tienen un tratamiento penal severo: las sanciones son elevadas, no tienen beneficios de libertad, las domiciliarias son limitadas, etc. y especialmente, son de muy difícil defensa.
Por último, antes era normal conquistar, insistir, persistir; eso era una forma de demostrar interés y lograr el sí o la aceptación, hoy podría ser calificado como acoso.
Como dicen por ahí, se tenía que decir y se dijo. También, es mejor prevenir que lamentar.
GUIDO MAURICIO RAMOS TORRES
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